Una última quimio festejada con globos rosas
La leyenda en el parabrisas era fuerte y contundente: “Hoy es mi última quimio”.
En esos arranques de locura —que agradezco al infinito—, toqué el claxon en repetidas ocasiones consciente de unirme al vitoreo ajeno, pero del que tanto deseaba ser partícipe.
Más información en: